Charles Baudelaire. Las Flores del mal

Charles Baudelaire

"Espantoso juego del amor, en el cual es preciso que uno de ambos jugadores pierda el gobierno de sí mismo."

Se le denominaba poeta maldito, por la vida desordenada y bohemia que llevaba; además por el carácter malvado y sombrío de su obra

“Su poesía es para algunos la síntesis definitiva del romanticismo, para otros la precursora del simbolismo y para otros, finalmente, la primera expresión de las técnicas modernas de la poesía.”

La principal obra de Baudelaire es una recopilación de poemas que lleva por título Las flores del mal, que fue publicado en 1857. Inmediatamente después de la publicación, la obra fue acusada de atentar contra la moral pública por el gobierno francés, a pesar que la elite literaria de aquel tiempo lo apoyaba. Esta obra abarca cerca de la totalidad de su producción poética desde 1840 hasta la fecha de su primera publicación. (1857). El libro en sus inicios pretendía titularse “Los Limbos” o “Las Lesbianas”, pero el autor  lo cambio por el consejo de un amigo.

Esta obra es la descripción de la miseria humana y de la

oscuridad, donde consta una glorificación a lo artificial. Existen

gran cantidad de alegorías (representaciones simbólicas de ideas

abstractas por medio de figuras). Usa un lenguaje figurativo, donde

predomina el doble sentido. Baudelaire se aleja mucho de los

versos matemáticamente medidos de los parnasianos.

AL LECTOR

La necedad, el error, el pecado, la tacañería,
Ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos,
Y alimentamos nuestros amables remordimientos,
Como los mendigos nutren su miseria

Nuestros pecados son testarudos, nuestros arrepentimientos cobardes;

Nos hacemos pagar largamente nuestras confesiones,
Y entramos alegremente en el camino cenagoso,
Creyendo con viles lágrimas lavar todas nuestras manchas.

Sobre la almohada del mal está Satán Trismegisto
Que mece largamente nuestro espíritu encantado,
Y el rico metal de nuestra voluntad
Está todo vaporizado por este sabio químico.

¡Es el Diablo quien empuña los hilos que nos mueven!
A los objetos repugnantes les encontramos atractivos;
Cada día hacia el Infierno descendemos un paso,
Sin horror, a través de las tinieblas que hieden.

Cual un libertino pobre que besa y muerde
el seno martirizado de una vieja ramera,
Robamos, al pasar, un placer clandestino
Que exprimimos bien fuerte cual vieja naranja.

Oprimido, hormigueante, como un millón de helmintos,
En nuestros cerebros bulle un pueblo de Demonios,
Y, cuando respiramos, la Muerte a los pulmones
Desciende, río invisible, con sordas quejas.

Si la violación, el veneno, el puñal, el incendio,
Todavía no han bordado con sus placenteros diseños
El canevás banal de nuestros tristes destinos,
Es porque nuestra alma, ¡ah! no es bastante osada.

Pero, entre los chacales, las panteras, los podencos,
Los simios, los escorpiones, los gavilanes, las sierpes,
Los monstruos chillones, aullantes, gruñones, rampantes
En la jaula infame de nuestros vicios,

¡Hay uno más feo, más malo, más inmundo!

Si bien no produce grandes gestos, ni grandes gritos,

Haría complacido de la tierra un despojo

Y en un bostezo tragaríase el mundo:

¡Es el Tedio! — los ojos preñados de involuntario llanto,
Sueña con patíbulos mientras fuma su pipa,
Tú conoces, lector, este monstruo delicado,
—Hipócrita lector, —mi semejante, — ¡mi hermano!

Análisis

El poema  “Al lector” es el prologo de “Las Flores del mal”, donde el autor realiza una enumeración de actitudes negativas de los seres humanos. Hace alusión a los pecados, como entes que se apoderan del hombre y modifican su cuerpo.

Las actitudes pecaminosas manifestadas, nos muestran  cómo se va perdiendo la conciencia del bien.

Describe la terquedad y el falso arrepentimiento, que es la debilidad del ser humano.

Plasma su crítica a la actitud humana, en la que lo diabólico es mas colosal y poderoso que Dios; un Dios castigador.

En su último párrafo menciona al tedio, como el peor de los vicios, ya que causa una total evaporación del yo. Lo que provoca una tendencia hacia la nada.

Crea metáforas. “Oprimido, hormiguearte, como un millón de helmintos,”. Centra sus versos en contenido infernal, “malo”, donde el cuerpo es el instrumento de los vicios.

El lenguaje que utiliza lo aparta de la poesía tradicional, donde la estética es nula, por lo que la consideran poesía maldita.

Este poema es una conversación entre el autor y el lector; donde Baudelaire reconoce en si mismo los defectos de los seres humanos.

Considero que este poema es una crítica a la condición humana por parte de Baudelaire, donde rompe los esquemas anteriores a él y empieza a utilizar símbolos para enriquecer su expresión. Las menciones a temas de carácter satánico son constantes en esta obra. Lo que provoca en mí una sensación de tenebrosidad; de desaliento ante nuestra condición. Es un constante reproche a nuestras actitudes.